¿Cómo aprendemos?[1]
Una mejor comprensión de las emociones redunda en el aumento del conocimiento a través del Aprendizaje, un proceso que es realizado en forma natural por los seres humanos.
Nuestro cerebro realiza miles de actividades a cada instante, la mayoría las realizamos a través de nuestro inconsciente y subconsciente; de solo unas pocas somos conscientes.
¿Cómo aprendemos? “Es la emoción y no la razón, lo que nos lleva a la acción”: Humberto Maturana PhD.
Alcanzar la Sabiduría comienza en el Cerebro Emocional, cuando en un contexto determinado, a nivel inconsciente emergen Emociones y Acciones para facilitar la Comprensión Significativa de un Dato o Señal[2].
¿Cómo aprendemos? ¿Qué es una Señal?
Existe una relación indisoluble entre la señal, la información, el conocimiento y la sabiduría, o uso del conocimiento.
Las Señales son los átomos de la sabiduría y de la experticia. Un dato o señal, por sí misma no constituye información[3]. La creación de relaciones entre muchas señales o datos, es lo que genera la información.
El dato es la señal mínima que, en un contexto determinado, procesamos para hacer una representación simbólica (numérica, alfabética o sensorial) de una característica asociada a un determinado fenómeno, la cual nos permite observar o percibir una porción de la realidad.
En todo proceso donde ocurran interrelaciones, en un entorno o contexto, las señales son los indicios que nos permiten percibir un estímulo, normalmente a través de los sentidos, e internalizarlas en forma emocional.
Las Señales que se perciben a través de los sentidos; pueden ser cuantitativas (variables) o cualitativas (atributos). Un ejemplo de variable es la altura o el peso; un ejemplo de atributo es el color.
En sí mismo la Señal no tiene sentido o valor semántico, pero contextualizada, complementada y convenientemente tratada, o procesada, puede ser utilizada para hacer cálculos o tomar decisiones.
Al interpretar una Señal en forma coherente, conseguimos comprender su origen en inter-relaciones para generar conocimiento, lo cual es anclado a la memoria cuando nos movilizamos desde el sentir y en el hacer, al probar y comprobar, para ampliar el entendimiento y llegar a la sabiduría y a la experticia.
De la Señal a la Información
Las Señales son el origen de la información, estructurada o no estructurada.
A nivel cerebral las Señales se interrelacionan con base en la experiencia del perceptor con el fin de generar información que:
- Da significado o sentido en un determinado contexto
- Facilita el desarrollo de escenarios para el análisis
- Aporta criterios o reglas de evaluación de situaciones alternativas
- Soporta la elección y la toma de decisiones.
¿Cómo aprendemos? ¿Cómo procesamos la información?
La información es un conjunto de Señales provistas de significado, que es necesario contextualizar para que exista información y conocimiento. Debe mirarse el entorno de la Señal ¿de donde viene? ¿en qué forma es percibida y apropiada por el observador? ¿de qué manera se relaciona con otras señales? ¿cómo se presenta y se estructura? ¿cuándo se comprende?
Cuando tiene sentido, la información aumenta el dominio sobre un ámbito concreto, ofrece una determinada descripción de la realidad, permite el desarrollo de escenarios alternativos de resolución y aporta los criterios para escoger entre diferentes alternativas posibles y tomar decisiones P. ej.: porque cada señal de color tiene un significado, para un conductor un semáforo no es sólo un conjunto de luces de colores: El verde le indica continuar y el rojo detenerse.
Ahora bien, la información por sí sola no aporta un modelo que permita escoger la mejor opción, apenas orienta sobre qué opciones parecen ser mejores. P. ej.: cuando la luz del semáforo cambia a rojo, adquiere contexto y para el conductor es la información que indica detenerse.
¿Cómo aprendemos? ¿Cómo creamos conocimiento?
La definición más sencilla sobre el conocer está soportada por las facultades intelectuales, la naturaleza, las cualidades y las relaciones entre los fenómenos. En todo conocimiento podemos distinguir estos elementos:
- El sujeto que conoce
- El objeto conocido
- El proceso internalizado a través de la percepción y los sentidos y condicionado por la experiencia
- El nivel de comprensión obtenido
- El entendimiento.
Dicho de otra manera: El sujeto entra en contacto con el objeto y obtiene información acerca del mismo, desde diversas fuentes. Cuando hay congruencia sensorial entre el objeto y la representación interna, llegamos a la comprensión.
La información surge de este conjunto de experiencias sobre un fenómeno, en forma estructurada y no estructurada, de acuerdo con la experiencia, la investigación y la reflexión ejercitadas en un contexto determinado, las cuales convergen en un modelo que permite comprender el fenómeno y, eventualmente, resolverlo; para entenderlo, mejorarlo o tomar decisiones, a nivel individual o colectivo.
La información en sí misma no genera más conocimiento, es quien valora su significado, quien la organiza o transforma; es quien lo hace. En este proceso es importante entender el papel de la estructura y de las relaciones entre diversas fuentes de información.
Cuando deseamos expresar lo que sabemos podemos hacerlo a través de mensajes de varias clases –oral, escrito, gestual, en unión con señales y símbolos interrelacionados, normalmente de tipo sensorial, audio-visual, kinestésico y cinestésico. Esta expresión representa las señales que son transmitidas a quienes interactúan con ellas.
¿Cómo aprendemos? Tipos de conocimiento
Se distinguen dos tipos de conocimiento: el captado y el creado.
El primero es más o menos derivado de la información. El conocimiento creado es interiorizado con un alto grado de comprensión, la cual inicialmente es procesada en forma emocional y se materializa, gradualmente, hasta convertirse en entendimiento.
Existe otra clasificación: El conocimiento tácito que reside en la sensibilidad, la percepción, la intuición, la inspiración, el sentido común, el cual determina el comportamiento de los seres humanos. Es un conocimiento no formal, supuesto o inferido…
Difiere del conocimiento expreso; publicado, ordenado, externalizado y conciso; el cual se distingue como conocimiento explícito o estructurado.
El conocimiento implícito, o estructurable, es aquel en proceso de estructuración y aún no codificado.
¿Cómo aprendemos? ¿Cómo se llega a la sabiduría?
La sabiduría es la habilidad que se desarrolla a partir del entendimiento, al aplicar inteligencia y experiencia para obtener conclusiones que lo amplían y permiten reflexionar y sacar conclusiones para distinguir lo verdadero de lo falso, lo bueno de lo malo y, configurar en forma pragmática una forma desarrollada de conocimiento.
En la sabiduría se destaca el juicio sano, basado en el entendimiento complejo para valerse del conocimiento con éxito, así como el entendimiento pragmático, que utilizamos para resolver problemas, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas, o aconsejar a otros.
La sabiduría es un nivel superior de comprensión, consiste en juzgar correctamente cuándo, cómo, dónde y con qué objetivo emplear el conocimiento adquirido; valorar el contexto, las relaciones y las jerarquías, a través de un proceso personal e íntimo que opera a través de la intuición, la inspiración y la reflexión.
¿Cómo aprendemos? De lo emocional a lo racional
Nuestro cerebro es un sistema muy complejo del cual aún sabemos poco.
Conocer el porqué de cada uno de nuestros gustos o preferencias puede ser un ejercicio complicado, lleno de emociones, positivas, negativas y neutras, asociadas a cada momento a lo largo de la vida.
A nivel mental se han clasificado tres niveles:
El consciente es lo que procesamos con pleno uso de los sentidos y las facultades. Se adiestra en todos los procesos formativos a lo largo de nuestra vida. Se apoya en cosas materiales y contrastables en relación con los demás. P. ej.: la mesa se llama mesa cuando otra persona lo acepta o lo comparte, mientras tanto es un objeto cualquiera.
El inconsciente son las acciones que realizamos en forma automática. P. ej.: respirar, algo que hacemos habitualmente de manera no consciente. Es un complemento de nuestro lado racional; algo así como el consciente funcionando con piloto automático.
A través del subconsciente los seres humanos generamos ciertas acciones, normalmente de baja intensidad o duración, de las cuales no nos damos cuenta, son motivadas desde nuestro ser más oculto en un nivel interior muy profundo. P. ej.: asuntos tan peculiares como ¿por qué me gusta más el color azul que el rojo? ¿Qué me hace sentir atracción hacia una persona que otras rechazan?
Estas preferencias normalmente son formadas en el pasado. Desde bebés, empezamos a sumar emociones y a confeccionar nuestros gustos de forma inconsciente. Al comprobar cada predilección pueden predominar emociones o sensaciones positivas, negativas o neutras.
El Contexto
El contexto influye en el momento en que se incorporan las señales. El filósofo suizo Alain de Botton indica que nuestras primeras sensaciones son las que marcan la posterior forma de relacionarnos. P. ej.: asociamos para siempre como nuestro hogar al primer sitio sentido, aquel donde aprendimos a caminar.
También podemos recordar experiencias de nuestra vida adulta, como el primer beso de amor, nuestro primer contrato laboral, o la primera vez que comenzamos a conducir.
En algunas relaciones como el amor, paralelamente a la activación de algunas áreas cerebrales, ocurre también una desactivación de circuitos responsables de emociones negativas y de evaluación social.
Concluimos que el aprendizaje surge en un contexto determinado, a partir de la percepción de una señal a través de los sentidos que impactan el cerebro emocional y generan una acción, movimiento de cualquier órgano del cuerpo, muchas veces imperceptible, e interactúa con otras señales para apropiar la experiencia y facilitar la comprensión significativa del suceso.
A partir de este momento interviene el cerebro racional que convierte el conjunto de emociones en información contextualizada, la cual analiza para entender el asunto y configurar el conocimiento que, utilizado en la práctica, en forma reflexiva y repetitiva, conduce a la experticia y finalmente a la sabiduría.
La imagen anterior diagrama este proceso.
[1] Fuente: Trujillo Fredy, Modelo de Transformación Cultural basada en la Innovación – MTCi© DNDA 10-848-115, 14 de febrero 2020. https://cesoftco.net/
[2] Una señal es un dato aislado. Para evitar confusión con el término “dato”, utilizado en el lenguaje informático, utilizamos la expresión “señal” para referirnos a cualquier acontecimiento que moviliza una emoción.
[3] “Si el Dato no informa, no puede ser información”: Richard Wurman
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