Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen 8 millones de defunciones a causa de alimentación insalubre. En este sentido, considera que los establecimientos públicos son espacios clave para garantizar una alimentación saludable para la población. Entre estos establecimientos se incluye a las escuelas, a las residencias de ancianos, a las guarderías, a los hospitales, a los comedores públicos y a los centros penitenciarios.
En este sentido, la OMS ha elaborado un nuevo Plan de acción para formular y aplicar políticas públicas relativas a la adquisición de alimentos y los servicios de restauración en pro de la salubridad de la alimentación. El objetivo de este plan es producir un aumento en la disponibilidad de alimentos saludables a través del establecimiento de criterios nutricionales básicos para los alimentos que se sirven y también que se venden en el marco de las instituciones públicas. Además, busca desarrollar políticas públicas que reduzcan las enfermedades y las muertes causadas por el consumo elevado de sodio, de azúcares, de sal y de grasas.
Fomentar la alimentación saludable desde las instituciones públicas
Teniendo en cuenta lo mencionado con anterioridad, los principios básicos de alimentación saludable de la OMS incluyen:
- Limitación en el consumo de azúcares libres
- Restricción de la ingesta de sodio
- Priorizar el consumo de grasas insaturadas
- Garantizar la disponibilidad gratuita de agua potable
- Aumentar el consumo de cereales integrales, de frutas, de legumbres, de hortalizas y de frutos secos
Explica, en este sentido, el Director General de la OMS que:
“Los establecimientos públicos que atienden a toda la población, incluidas las personas más vulnerables, deben ser lugares que fomenten una alimentación equilibrada y donde se eviten los alimentos perjudiciales. Los gobiernos han de dar ejemplo velando por que los alimentos que se sirven y se venden en los establecimientos públicos ayuden a alimentarse saludablemente y a salvar vidas. No se deben destinar fondos públicos para adquirir alimentos que resulten en dietas dañinas”.
Añade la OMS que, desde el nacimiento hasta los últimos momentos de vida, los seres humanos necesitan alimentarse de manera saludable. Esto ayuda a prevenir las formas de malnutrición y otras enfermedades tales como el cáncer, la diabetes y otras enfermedades no transmisibles. A través del plan propuesto por la OMS, los gobiernos deben elaborar, aplicar, supervisar y evaluar políticas públicas de adquisición de alimentos saludables y servicios de restauración coherentes con los principios básicos de la alimentación saludable.
Por una mejor alimentación en el mundo
Distintos países en el mundo han adoptado medidas para promover una alimentación saludable en establecimientos públicos. Un ejemplo es el caso de Corea, que ha puesto en marcha una reglamentación para favorecer la salud infantil regulando los alimentos disponibles en 200 metros a la redonda en torno a las escuelas. También se destaca el caso de Brasil, donde el Programa Nacional de Alimentación Escolar exige que el 30% del presupuesto se destine a adquirir alimentos de explotaciones agrícolas familiares y que los menús se puedan preparar con alimentos frescos.
Finaliza explicando la OMS que:
“En septiembre de 2021, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios propondrá medidas innovadoras y ambiciosas para que, en todo el mundo, se cambie el modo de producir y consumir alimentos y se avance para hacer realidad de los 17 ODS. La OMS es el organismo de las Naciones Unidas responsable de la segunda vía de acción de esta Cumbre relativa a la adopción de patrones de consumo sostenibles y la facilitación de la transición hacia la ingesta de alimentos más nutritivos y que requieran menos recursos para su elaboración y transporte”.
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