El contexto de pandemia del coronavirus ha puesto un foco social especial en la industria farmacéutica. Esta, ha trabajado con tiempos récord para dar lugar a posibles tratamientos y vacunas contra el Covid-19. En este sentido, la calidad de la industria es uno de los aspectos más importantes que se tiene en consideración en la actualidad. La información respecto de dicha calidad y del funcionamiento de la industria es algo que se ha vuelto de interés público en todo el mundo.
Importancia de la calidad en la industria farmacéutica
Siguiendo lo mencionado con anterioridad, es momento de empezar a pensar a la industria farmacéutica como una industria que impacta directamente en el bienestar de las personas y de las sociedades en general. Por eso, la calidad debe ser vista como una prioridad y no se puede percibir como algo a dejar en segundo plano. En este aspecto, se pone especial énfasis en el rol que cumplen los directivos de las empresas que conforman el sector y cómo estos deben garantizar la calidad del mismo.
Ciertamente, el lugar que la industria farmacéutica se vincula con la calidad de vida, con el cuidado de la salud, con la generación de soluciones que den respuesta a problemáticas sociales. Es en este aspecto que la calidad debe ser vista como un aspecto imprescindible y se deben generar estrategias para alcanzarla y garantizarla.
¿Cómo pensar la toma de decisiones en la industria?
Entre los aspectos más importantes a considerar en la toma de decisiones dentro de la industria farmacéutica se encuentra el costo. Este, no solamente vinculado al costo propio implicado en la producción de medicamentos y vacunas, sino también el relacionado a la infraestructura que la producción farmacéutica requiere para su funcionamiento. Esto incluye la contratación de personal calificado, el acceso a tecnologías adecuadas para el sector, entre otras cosas.
Pero, además de los factores anteriormente mencionados, se debe destacar la responsabilidad que las empresas de la industria farmacéutica tienen con las normas de las entidades regulatorias tanto en los países de origen como a nivel internacional. Todos estos factores, junto con el personal, los directivos y la relación que estos guardan entre sí hacen a la calidad de los productos y servicios farmacéuticos.
Los directivos tienen la responsabilidad de pensar los análisis de riesgo para garantizar la seguridad de los procesos y los productos devenidos de ello. Además de la gestión de riesgos, los directivos tienen la responsabilidad de establecer mecanismos concretos de convivencia que permitan evaluar la eficiencia de los procesos. Son quienes tienen la responsabilidad de determinar objeticos estratégicos y tomar decisiones en caso de encontrarse situaciones de disconformidad respecto de los requisitos de calidad en la industria.
Conclusiones
De los directivos de la industria farmacéutica depende la gestión de riesgo, que debe llevarse a cabo desde los más altos cargos del sector. Que las empresas puedan cumplir con los estándares regulatorios nacionales e internacionales y que se pueda llevar a cabo una buena farmacovigilancia dependerá de la organización de estos rangos en las empresas.
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