La enfermedad del nuevo coronavirus, COVID-19, tuvo su primera aparición en la ciudad china de Wuhan en el mes de diciembre de 2019. Hoy en día, existen en China unos 316 millones de fumadores activos. Se trata de 1/3 de los fumadores en el mundo, como así también el 40% del consumo de tabaco a nivel mundial. Hoy en día, un millón de personas mueren por patologías relacionadas al consumo de tabaco por año.
El primer brote de coronavirus apareció como una nueva enfermedad respiratoria infecciosa; un tipo de neumonía de presentación desconocida. Al investigar la enfermedad, se descubrió la secuencia del virus responsable y se le dio el nombre de SARS-CoV-2 (por sus siglas en inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2). En pocos meses y en un contexto de amplia movilidad diaria entre países, el virus se diseminó por el mundo ocasionando graves problemas en muchos países.
¿Hay similitudes entre el tabaquismo y el COVID-19?
Lo cierto es que no se ha establecido todavía de manera fehaciente si existe un impacto del tabaco ante el COVID-19. No obstante, tanto el tabaquismo como el coronavirus son considerados pandemias que afectan a los individuos de todas partes del mundo sin distinciones. Una similitud entre las dos enfermedades tiene que ver con que el tabaquismo también tiene un mayor índice de morbimortalidad en grupos vulnerables como son las personas mayores y quienes tienen enfermedades oncológicas, cardiovasculares o DBT).
Riesgo del tabaco en el COVID-19
El índice de mortalidad del coronavirus aumenta en las personas mayores y en quienes padecen de enfermedades preexistentes. No obstante, se ha demostrado que pacientes que consumen tabaco de manera cotidiana y que son portadores de enfermedades respiratorias, tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar síntomas de gravedad como consecuencia de la infección con el coronavirus.
Otras pruebas sobre el COVID-19 demuestran que el tabaquismo podría ayudar a que se desarrollen infecciones virales de la misma familia del nuevo COVID-19. Según un estudio reciente, en 78 pacientes que presentaron COVID-19 y neumonía de manera simultánea, un total de 67 evolucionaron de manera favorable, mientras que 11 llegaron a desarrollar síntomas de gravedad. Lo más relevante de esto es que del grupo de pacientes que presentaron síntomas de gravedad, un total del 27,3% tenían antecedentes por consumo de tabaco. Este estudio ha sido publicado por la revista médica llamada Chinese Medical Journal.
¿Qué sucede con el tabaquismo pasivo?
Un problema que genera preocupación desde hace tiempo en todas partes del mundo tiene que ver con el consumo pasivo de tabaco. Se considera consumo pasivo a las personas que no son fumadoras, pero viven con otras que sí tienen un consumo activo y absorben el humo del tabaco. Se ha demostrado que la infección del COVID-19 tiene importancia también en estos casos. En este sentido, especialistas han explicado que el coronavirus puede ser trasladado a través del humo, por lo que una persona fumadora pasiva podría contagiarse de COVID-19 por inhalar el humo de un fumador activo.
Recomendaciones de la OMS
Desde hace tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que las personas fumadoras corren un riesgo mayor de desarrollar síntomas de gravedad por el COVID-19. Las primeras informaciones de la OMS surgen en respuesta a distintos estudios que buscaban indicar que la nicotina podía proteger contra el virus. En este aspecto, la Organización Mundial de la Salud indica que:
“Fumar cualquier tipo de tabaco reduce la capacidad pulmonar y aumenta el riesgo de muchas infecciones respiratorias y puede aumentar la gravedad de las enfermedades respiratorias. COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. Fumar deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo combata los coronavirus y otras enfermedades respiratorias. La investigación disponible sugiere que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar resultados graves de COVID-19 y muerte.”
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