Desde comienzos de la pandemia del nuevo coronavirus, se han desarrollado diferentes conflictos sociales, a la vez que ha aumentado la inseguridad alimentaria. Muchos de estos conflictos, relacionados con el clima, han impulsado la agudización de la pobreza y el hambre. En este sentido, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) viene intentando obtener 1.100 millones de dólares con el objetivo de salvar vidas y brindar asistencia para medios de vida a las personas más afectadas por la inseguridad alimentaria alrededor del mundo. Esto, a lo largo del año 2021.
En este sentido, explica la FAO que:
“Según los datos más recientes de la FAO, los países uno tras otro han registrado nuevas cifras de inseguridad alimentaria y se estima que el número total de personas que en 2020 padecieron inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o peor superará el punto máximo de 2019, que se situó en 135 millones de personas. En el Informe de activos de final de año de 2021, que publicará la Red mundial contra las crisis alimentarias en abril, se subrayará la gravedad de la situación.
Los 30 millones de personas que se estima se encuentran en la fase 4 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases o que padecen hambre aguda en grado de emergencia, y que ya están experimentando un exceso de mortalidad y la pérdida irreversible de activos vitales de subsistencia, son motivo de preocupación extrema”.
Agricultura y subsistencia
Siguiendo lo dicho anteriormente, sostiene la FAO que muchas son las personas en el mundo que dependen de la agricultura para subsistir. Se estima que cuatro de cada cinco personas viven en zonas ruarles y dependen de la producción agrícola. Además, se considera que la manifestación del hambre aguda más grave continúa siendo un fenómeno especialmente de las zonas rurales. Por eso, se busca redoblar esfuerzos para combatir la hambruna en estas zonas, adoptando medidas que colaboren con los medios de subsistencia.
Las consecuencias del Covid-19
Por otro lado, la crisis generada por la pandemia del nuevo coronavirus ha intensificado la pobreza y el hambre a nivel mundial. En este aspecto, FAO ha brindado apoyo para la protección de los medios de subsistencia de 24 millones de personas. Se debe tener en cuenta que, hoy, cientos de miles de niños, niñas, adolescentes y personas adultas se encuentran en situación de extremo riesgo de padecer inseguridad alimentaria aguda. Ello, especialmente en zonas de conflicto donde el acceso de la asistencia humanitaria se ve dificultado por diferentes razones.
Una respuesta de emergencia para garantizar los medios de vida
Siguiendo lo dicho anteriormente, la FAO apunta a brindar una respuesta de emergencia a la inseguridad alimentaria. Al respecto, explica que:
“La respuesta de emergencia de la FAO en 2021 se centrará en prestar asistencia a las comunidades que se encuentren en una situación de gran inseguridad alimentaria en más de 30 países, como Etiopía, la República Árabe Siria, la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur y el Yemen(…)
Consciente de que el seguimiento minucioso y la agilidad son esenciales para prevenir un rápido empeoramiento, en 2021, la FAO seguirá ampliando las medidas preventivas vinculadas a las alertas tempranas para proteger los medios de vida antes de que se produzca una catástrofe”.
Comment here