Hacia principios del mes de noviembre, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, informó respecto a avances de estudios clínicos en Chile de una vacuna contra el COVID-19. Lo hizo en el marco de una reunión con el Ministro de Salud Enrique Paris, el director del Instituto de Salud Pública Heriberto García, el Ministro de Ciencias Andrés Couve, entre otros.
Sostuvo el mandatario que:
“Hoy el Instituto de Salud Pública aprobó la realización de un tercer ensayo clínico que va a ser realizado por la Universidad de Chile y la Clínica las Condes en conjunto con el laboratorio Aztrazeneca y la Universidad de Oxford”. Además, agregó que “estos estudios y ensayos clínicos facilitan un acceso oportuno a una vacuna contra el coronavirus y promueven el desarrollo científico y tecnológico en nuestro país».
Lo anunciado fue que llegaron a Chile, en los primeros días de noviembre, un total de 6.000 dosis de vacunas del laboratorio chino Sinovac para ensayos clínicos que se realizarán con la Universidad Católica y el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia. Esto complementa la autorización que el ISP había llevado a cabo en el mes de septiembre, otorgando la aprobación a otro estudio clínico a cargo de la Universidad de Chile junto con le Laboratorio Janssen de Johnson & Johnson.
El camino hacia la vacuna contra el COVID-19 en Chile
Asimismo, el ISP autorizó el tercer estudio clínico de vacuna contra el COVID-19, que refiere a la desarrollada por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford en Reino Unido. Al respecto de estos estudios, el ISP explica que:
“Actualmente, la vacuna AZD1222 de AstraZeneca se encuentra en etapa de estudios clínicos en los siguientes países: Estados Unidos, Rusia, Corea del Sur, Japón, Reino Unido, Brasil y Perú. En Chile, este estudio se realizará inicialmente en la Clínica las Condes, y se espera la participación de 2.000 personas, junto con la colaboración de otros centros de investigación (previa aprobación de un Comité de Ética acreditado), como son: Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna, Facultad de Medicina Universidad de Chile, CENRESIN, Quillota.
Los pacientes serán adultos entre 18 y 55 años de edad que se encuentren sanos, o médicamente estables en caso de padecer algún tipo de enfermedad crónica, y que, además tengan un riesgo incrementado de contagiarse con el SARS-CoV-2. Más adelante podrán integrarse participantes de 56 a 69 años de edad y mayores de 70 años, luego de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) evalúe los datos provenientes de los estudios clínicos, en torno a esta vacuna que se encuentran en curso”.
En la fecha del 6 de septiembre, desde el Instituto se había tomado conocimiento de un evento adverso. Este había tenido lugar en un voluntario del Reino Unido, quien presentó un trastorno inflamatorio de la columna vertebral que recibe el nombre de mielitis transversa. Con motivo de este evento adverso, el estudio fue suspendido de manera transitoria en todo el mundo. No obstante, se reanudó poco tiempo después. Lo que ha hecho la Comisión de Estudios Clínicos del ISP respecto de esta situación fue analizar los antecedentes, estimando que no se podía concluir que el evento estuviera efectivamente asociado con la prueba de la vacuna contra el COVID-19.
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