Dentro de la industria farmacéutica, hay distintos factores que pueden incidir en la calidad de los productos que llegan a los usuarios, como así también su seguridad. En este sentido, la industria debe tener un especial cuidado para evitar la contaminación cruzada. Esta puede tener graves consecuencias negativas en la salud de los consumidores finales, como así también en la integridad y la continuidad de la empresa farmacéutica.
¿Qué es la contaminación cruzada?
Cuando hablamos de contaminación cruzada, estamos haciendo referencia a uno de los riesgos más importantes que existen dentro de la industria farmacéutica particularmente, aunque no es exclusivo de esta. Dentro de los espacios de trabajo, ciertos productos pueden estar contaminados por diversos microorganismos y ser transmisores de los patógenos hacia otros productos. Esto, cuando la manipulación de los mismos no ha sido lo suficientemente cuidada.
Ciertas bacterias y patógenos pueden ser altamente nocivos para la industria farmacéutica. Pero, además, pueden transportarse fácilmente de un producto a otro. Aquellos productos contaminados con una bacteria que estén manipulados de manera inadecuada pueden poner en riesgo la totalidad de la cadena de fabricación y procesamiento de medicamentos y otros productos vinculados al sector.
Por eso, es fundamental para las empresas tomar medidas de prevención para evitar estos riesgos que pueden poner en peligro la salud y la integridad de los consumidores finales de la industria. En caso de no hacerlo, la totalidad de la cadena de producción se puede ver afectada. Este peligro no es solamente para los consumidores, sino también para la continuidad de la empresa en general.
¿Cómo mejorar el control de esta contaminación en la industria farmacéutica?
Las inspecciones son clave para el buen funcionamiento de la industria farmacéutica. Pese a eso, puede haber laboratorios que, todavía, no hayan podido desarrollar límites de exposición a la contaminación cruzada basados en la salud para sus productos. En estos casos, la primera recomendación es hacerlo prontamente. Los fabricantes de productos farmacéuticos que tengan productos con HBEL bajos deben completar evaluaciones sin pérdidas de tiempo. En general, lo que se recomienda es hacer uso de un sistema de clasificación de riesgos de los principales activos con los que se trabaja en el marco de los laboratorios, a fin de poder establecer un orden de prioridades para las evaluaciones.
Una vez que se ha podido definir el HBEL de cada uno de los productos, se recomienda llevar a cabo una valoración de riesgos. Esta, tiene por objetivo identificar los puntos críticos donde se deben implementar controles organizativos o técnicos para la empresa. Se usa el valor HBL como parámetro, a fin de considerar el riesgo de entrada de contaminación en un producto. De esta manera, se pueden establecer límites de exposición para la contaminación cruzada.
Conclusiones
La contaminación cruzada es un gran riesgo para las empresas de la industria farmacéutica. La integridad de los productos y su calidad puede verse comprometida, como así también la salud de los consumidores finales. Esto, a su vez, puede afectar sustancialmente la imagen y continuidad de la empresa. Por eso, es clave implementar medidas de control de la contaminación cruzada.
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