La pandemia destrozó las predicciones económicas[1]. Ahora el Banco Mundial es más pesimista sobre la recuperación de la economía global.
En el nuevo marco económico mundial, la austeridad y el endeudamiento, son las dos mayores amenazas inferidas por la pandemia,
Mayor poder de los gigantes tecnológicos, fusiones corporativas y un “nuevo turismo”, son algunos de los cambios que se observan en el escenario global.
La pandemia destrozó predicciones económicas. Fin de la vieja economía
Imágenes de gigantescos cruceros en las aguas de las Bahamas o frente a las playas de Florida quedarán como imágenes «vintage» que simbolizan el fin de la “vieja economía”.
El cambio repentino llevó a empresas como Carnival Cruises de ganar trimestralmente unos 6.000 millones de dólares a 33 millones, a finales de 2020.
Caídas similares experimentaron aerolíneas, cadenas de hoteles o de restauración, en todo el mundo.
«Volver a un crucero va a requerir muchos protocolos, nuevos procesos y tecnología, no sólo para los cruceros, sino para otras industrias», opinó Stewart Chiron, experto de esta industria conocido como «The Cruise Guy».
Según los resultados trimestrales de las empresas del S&P 500, el fin del turismo de masas obligará a aerolíneas, hoteles y cruceros a replantear sus estrategias.
Cambio de paradigma
La pandemia cambió el paradigma económico.
Durante su primera rueda de prensa de esta semana, el presidente Joe Biden, en pocos minutos repitió el nuevo mantra de su política económica «quiero un cambio de paradigma», algo que, independiente de sus deseos, ya es un proceso en marcha.
Como consecuencia directa de la pandemia, surgen las grandes tecnológicas como facilitadoras del teletrabajo, el entretenimiento y el comercio minorista…
Mientras que otros sectores están abocados a una oleada de cierres o de consolidaciones, en el mejor de los casos.
La economía de pandemia aceleró la tendencia a favor de “activos no tangibles” a través de firmas, con relativamente menos empleados; tendencia que se espera continúe.
Con el paso de los años, los oficinistas no olvidarán el momento en que portátiles, aplicaciones como Zoom, Slack o Google, irrumpieron en sus improvisadas oficinas caseras.
“Los negocios tradicionales se recuperarán, pero la desconexión con empresas con más intangibles por empleados persistirá y seguirá siendo un desafío social y económico», opinó Michael Spence, profesor de economía de la Universidad de Nueva York.
La pandemia destrozó predicciones económicas. El nuevo poder
Durante la pandemia el mundo no paró, sino que se desplazó a la vida digital, algo que procuró ingentes beneficios a Amazon, uno de los mayores beneficiados, pues sus ingresos trimestrales pasaron de unos 75.000 millones de dólares a comienzo de 2020 a más de 125.000 millones, al finalizar el año.
Durante 2020 Amazon se lanzó a una oleada de contrataciones, mientras representantes de los trabajadores o gobiernos criticaban su laxitud para prevenir los contagios.
La multinacional de Jeff Bezos se ha convertido en importante factor de cambio en cuanto a la formación en los institutos de secundaria. En zonas como San Bernardino (California), con el nuevo “Cajón High School”, los jóvenes perciben que su futuro más cierto de trabajo está en Amazon.
Con su inmenso crecimiento y su enorme diversificación, además de su hegemonía en el mundo computacional, su presencia en supermercados es cada vez más fuerte.
Ahora Amazon se sitúa a tiro de piedra de Walmart, la mayor empresa privada del planeta, que pasó de obtener 134.000 dólares en el primer trimestre de 2020, a ventas de más de 152.000 millones, en el último trimestre.
Walmart avanzó hacia el comercio digital con un plan de inversión histórico de 350.000 millones para la próxima década: 14.000 millones para la automatización de tareas, la incorporación de más Inteligencia Artificial (AI) y otros rubros relacionados.
Ganadores y perdedores
La pandemia no solo ha acentuado la división entre ricos y pobres, sino que ha provocado un cisma de dimensiones aún inapreciables en la economía digital y en empresas industriales, financieras, sanitarias, de turismo y ocio, que tendrán una enorme dificultad para adaptarse a la nueva realidad económica.
Es notable el caso de Chipotle, empresa de la restauración que apostó por la digitalización y salió bien librada, cuadruplicando las ventas online durante 2020, a niveles récord.
Por la relajación de las medidas de confinamiento en Estados Unidos, negocios como Darden Restaurants tuvieron una leve recuperación en la segunda mitad del 2020.
Pero, Starbucks, no ha podido compensar la disminución de los clientes trabajadores, que solían consumir sus cafés.
Disney consiguió salvarse al consolidar su apuesta por el entretenimiento vía «streaming«, justo antes de la crisis sanitaria mundial, lo que le permitió sobre-llevar las pérdidas de sus negocios de parques, viajes, incluidos los cruceros, y tiendas minoristas.
La pandemia destrozó las predicciones económicas. Nuevas tendencias
Debido a que la población confinada comenzó a remodelar sus casas, la pandemia hizo que se incrementara el precio de la madera en un 80%.
La fiebre del «fracking» aminoró porque los precios del petróleo se hundieron, como consecuencia del covid 19.
Acontecimientos como el reciente atasco en el Canal de Suez ponen de manifiesto que, en una economía tan interconectada, el eslabón más débil puede generar un gran impacto en toda la cadena.
“Hace 50 años un bloqueo en el canal no hubiese supuesto el problema que representa hoy», explicó en una conferencia esta semana el matemático y escritor Nassim Nicholas Taleb.
[1] Fuente: AFP PORTAFOLIO – EFE. https://www.portafolio.co/internacional/
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