Desde hace unos meses, se ha empezado a ver en distintos países el uso de cabinas sanitizantes. No obstante, el uso de estas cabinas, túneles o estructuras físicas haciendo uso de productos de desinfección para el pulverizado o rociado, no es algo recomendado para seres humanos. Esto se basa en determinadas observaciones que han dado a conocer la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
¿Qué productos se aplican en el uso de cabinas sanitizantes?
Los productos que se suelen emplear en este tipo de cabinas o túneles de desinfección pueden ser nocivos para la salud de los seres humanos, lo que representa una de las principales razones para no recomendar su implementación. Los productos químicos que se suelen usar para el rociado son alcoholes, cloro, compuestos de amonio, glutaraldehído y peróxido de carbono. Estos químicos y otros compuestos como es el ozono, generan daños en los seres humanos. Algunos de esos daños pueden ser irritaciones en la piel, en los ojos, en la mucosa, en el sistema digestivo y también en las vías respiratorias.
Otra de las posibilidades en las cabinas sanitizantes es el uso de UV-C. Si bien se emplea, este no está recomendado para la desinfección humana directa. Ello se debe a que la exposición a la radiación puede generar nocivos efectos en la salud de las personas. Se incluye desde irritación hasta quemaduras solares, lesiones oculares o, en el peor de los casos, cáncer.
No son efectivos
Además de los riesgos que implican para la salud y el bienestar de las personas, la OMS y la OPS se han manifestado de acuerdo a la efectividad del uso de cabinas sanitizantes. Estos no son efectivos en la inactivación de virus en seres humanos. Si bien es cierto que algunos productos químicos han podido ser efectivos para desinfectar superficies, eso solamente se da cuando se emplean siguiendo una serie de procesos y de protocolos de desinfección, no a través del simple rociado.
Para lograr que estos productos químicos funcionen como desinfectantes, las superficies se deben limpiar antes de aplicarse una solución química. Además, esta se debe aplicar de manera uniforme a modo de capa, lo cual no puede hacerse sobre el cuerpo y la indumentaria de seres humanos. Dicho rociado solamente va a cubrir las superficies más expuestas, por lo que la efectividad se reduce considerablemente.
Finalmente, se aclara que los tiempos de contacto y la cantidad de dosis requeridas para la efectividad al momento de inactivar el virus no son posibles de ser cumplidas en el uso de cabinas sanitizantes. El tiempo necesario es mucho más largo que el implicado en el uso de estas cabinas de desinfección.
Advertencias de la OMS
Una de las advertencias que realiza la OMS con respecto al uso de cabinas sanitizantes, tiene que ver con la falsa sensación de seguridad. En este sentido, el informe explica que:
“El uso de túneles u otras estructuras físicas con rociado de productos de desinfección, dispositivos de pulverización o radiación UV-C puede conducir a una mayor dispersión involuntaria del virus.
La percepción de desinfección podría dar como resultado una falsa sensación de seguridad y desalentar acciones con eficacia comprobada, como el distanciamiento social, el lavado de manos, evitar tocarse la cara y el uso de máscaras.
La acción de pulverización podría aerosolizar y, por lo tanto, dispersar el virus a través de gotas que aumentan la transmisión.”
Por estas razones, el uso de cabinas sanitizantes en espacio públicos no es algo recomendado por las organizaciones internacionales de la salud. Las medidas de higiene ya conocidas como el lavado de manos y la desinfección de superficies, en conjunto con el distanciamientos social y la utilización de mascarillas siguen siendo las formas más eficaces y seguras de prevenir el contagio de coronavirus.
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