Repensando la Gran Manzana[1]
Esa importante proporción de trabajadores que probablemente nunca regrese a las oficinas de Nueva York, hace que grandes empresas están optando por reducir o abandonar sus espacios.
Según encuesta de The Partnership for New York City, coalición que reúne a muchos de los negocios con base en la ciudad, después de un año de pandemia solo un 10 % de los empleados de las oficinas de Manhattan han regresado a sus puestos habituales.
Las empresas prevén que para septiembre -cuando la mayoría de los ciudadanos estén plenamente vacunados- hayan regresado a la oficina alrededor del 45%.
Repensando la Gran Manzana. Presencialidad intermitente
Mientras tanto, los grandes empleadores esperan que algo más de la mitad de su gente continúe trabajando en forma remota, al menos durante parte de su jornada.
Numerosas grandes empresas están apostando al trabajo remoto, o al menos aceptándolo, por lo que están tomando medidas para adaptarse.
Según The New York Times, JPMorgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos emplea en sus oficinas de Nueva York a más de 20.000 personas,
JPMorgan prevé implantar un modelo de rotaciones en el que los empleados trabajen, a veces en la oficina y a veces a distancia.
Repensando la Gran Manzana. Se Alquila
De otro lado, JPMorgan Chase, ha puesto en el mercado unos 65.000 metros cuadrados de las oficinas que alquila en el distrito financiero del bajo Manhattan, lo cual constituye el mayor espacio ofertado en sub-arriendo en la ciudad.
Según The Wall Street Journal, otras empresas como Salesforce o Price Waterhouse Coopers también intentan colocar oficinas alquiladas, en alquiler.
Abandonar esos espacios no siempre es fácil, dado que los contratos de alquiler son habitualmente de diez o más años.
La tendencia se nota claramente en el stock de oficinas disponibles en sub-arriendo, que aumenta el 80 % en el distrito financiero; mientras que los precios caen en dobles dígitos, en todo el país.
Ahora hay en Manhattan más de 9 millones de metros cuadrados de espacios de oficina disponibles, un aumento del 37 % con respecto al año pasado; según The New York Times es una superficie mayor que todas las oficinas de Los Ángeles, Atlanta y Dallas juntas.
Repensando la Gran Manzana. Impacto fiscal
El declive de la oficina como centro de la actividad económica genera amenazas para el futuro de la ciudad, en su conjunto, debido a que las arcas municipales pueden perder en el próximo año fiscal hasta US$2.500 millones en recaudación por el impuesto de propiedades.
El Ayuntamiento neoyorquino, depende en buena medida de los impuestos a los inmuebles comerciales.
Las autoridades municipales, quieren evitar que eso se haga realidad impulsando el retorno a las oficinas.
El alcalde Bill de Blasio ha decretado que todos los empleados del Ayuntamiento vuelvan a sus puestos a partir del próximo 3 de mayo.
Se espera que esta medida afectará directamente a unas 80.000 personas que fueron a trabajar en sus hogares, desde que estalló la pandemia.
Según De Blasio, es un “poderoso mensaje” sobre la reapertura de la Gran Manzana y su “recuperación plena” después de la pandemia por COVID-19.
“Las empresas están viendo que es hora de volver”, explicó el alcalde en una conferencia de prensa, destacando los progresos en las vacunaciones contra la covid-19 como un elemento clave.
Consecuencias y Oportunidades
Muchos ven en esta crisis una oportunidad para repensar la ciudad y acabar con algunos problemas que la lastran desde hace mucho, ya sean la concentración de empleos en zonas como el Midtown de Manhattan, los desorbitados precios de la vivienda, el mal estado de los servicios de transporte o el excesivo papel del automóvil en el planeamiento urbano.
La pandemia es un “recordatorio de que la ciudad no es el Midtown de Manhattan, los barrios residenciales es lo que importa”, explicó el profesor de la Universidad de Columbia, Rohit Aggarwala, en un coloquio organizado por Manhattan Institute.
Según él, el transporte puede estar entre los beneficiados, por la transición a un modelo donde la mayoría de empleados que no acuden diariamente a las oficinas, permitirá descongestionar las carreteras y reducir el desbordamiento del metro durante las horas pico.
Alain Bertaud, investigador del Marron Institute de la Universidad de Nueva York, destacó el efecto positivo de reducir el espacio dedicado a oficinas y su conversión en viviendas, lo cual reduce los precios y puede llevar a la nueva generación a poblar zonas de la ciudad, ahora no asequibles para jóvenes.
El periodista Henry Grabar opinó que la era del trabajo remoto, puede ser incluso una ventaja para Nueva York que, ahora, puede atraer a muchas personas que siempre han soñado con vivir en la Gran Manzana.
“El paquete fundamental de servicios, calidad de vida, vivir sin coche… las cosas que Nueva York ofrece y que ninguna otra ciudad estadounidense ofrece, siguen siendo únicas”, señaló.
[1] Fuente: https://www.pulzo.com/economia/, https://www.infobae.com/america/
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