Gestión emocional[1]
Las emociones forman parte del sistema de alerta del cerebro.
La gestión emocional en la empresa no es un tema nuevo.
Llevamos ya más de 20 años leyendo, profundizando, intentando entender cómo se gestionan las emociones en el ámbito empresarial.
Charles Darwin, logró diferenciar el comportamiento instintivo del aprendido en su libro “La expresión de las emociones en el hombre y en los animales”.
Hoy sabemos que, para tener éxito, el bienestar no es una opción, está integrado e influye directamente en el rendimiento.
También que el ser humano puede controlar y gestionar adecuadamente sus emociones.
Analicemos los factores implicados entre el rendimiento y el bienestar.
Gestión emocional. El cerebro determina nuestras decisiones
A través de las emociones experimentamos sensaciones. Las personas tenemos por lo menos dos yoes:
- Un yo que responde de forma reflexiva, clara y equilibrada, desde la corteza prefrontal del cerebro.
Nos ayuda en la toma de decisiones acertadas, avanzando en nuestro proyectos de forma racional y en las relaciones de los miembros de los equipos, para generar confianza.
- Otro yo que reacciona en forma impulsiva, desde la amígdala, muchas veces exagerada y a la defensiva, lo cual a veces impide conseguir el propósito que tenemos en mente y daña las relaciones.
La amígdala es la encargada de coordinar las emociones. La corteza prefrontal regula las emociones y su influencia sobre el pensamiento y la memoria.
Sabemos que las emociones son efímeras, provocadas por acontecimientos, mientras que el estado de ánimo es estable.
Por eso, la identidad pública se puede manipular para engañar durante un tiempo a las personas, pero no se pueden disfrazar las emociones, basta con mirar a los ojos para saberlo.
El antídoto para poder equilibrar la parte más reactiva y poder dar respuestas, es optimizar la gestión emocional.
Gestión emocional. Claves para gestionarlas
Cada persona experimenta distintas emociones ante distintas experiencias.
Hoy la neurociencia nos nuestra el camino, que no es otro que enfocar la atención y practicar.
La idea es ser conscientes de las emociones que vivimos, ponerles nombre, etiquetarlas, reconocerlas.
El primer paso
Comencemos observando a los dos yoes, lo cual podemos hacer desde la parte que llamamos intra-personal, en nosotros mismos.
¡Cuánto tiempo nos quedamos enganchados! A veces días, sin poder dormir, dándole vueltas a lo que nos ha sucedido.
Es imprescindible determinar qué nos provoca frustración, nos da miedo o rabia, y qué nos motiva, nos compromete y nos genera confianza.
Para ello necesitamos identificar qué estimulo provoca la emoción.
La capacidad de observar en nosotros mismos pasa por parar: Tomarnos 5 segundos para respirar y etiquetar.
Es necesario identificar, cuando nos quedamos atrapados en una emoción ¿qué sucede? ¿qué la provoca? y ¿cuánto rumiamos esa emoción?
Nos podemos identificar con la experiencia de reflexionar sobre las emociones; cuando alguien ha criticado algo que hemos realizado o creemos que hemos hecho algo mal.
De esta forma, se fortalece la experiencia.
Si nos quedamos en la frustración, damos vueltas y sin reflexionar fortalecemos de alguna manera seguir en la frustración más tiempo y un mayor número de veces.
Debemos romper ese círculo vicioso.
El primer paso del trabajo en gestión emocional es tomar consciencia del rumiar: respirar, aceptar que estamos en esa emoción y poner la mente a favor para poder pasar a una opción más orgánica y saludable.
Segundo paso
Esto nos habilita para avanzar hacia el plano interpersonal; las emociones que nos vinculan con los demás y hacen que el trabajo en equipo tenga un mejor rendimiento, además de una sensación de bienestar y gratitud.
Gestión emocional. Emociones y rendimiento en las empresas
Para mejorar el rendimiento y el bienestar en las empresas, es necesario que sepamos gestionar nuestras emociones y las de los demás. Algunas sugerencias:
- Es necesario lograr la estabilidad personal emocional.
Dotar a los empleados de las herramientas necesarias para que aprendan a gestionar sus emociones, nos ayuda y ayuda a los demás en su relación con nosotros mismos.
Ayuda tomar cursos de inteligencia emocional, mindfulness, autobservación, autocontrol, identificación y de gestión de las emociones propias, entre otros.
- Analizar nuestras emociones en grupo.
¿Qué aportamos a nuestro equipo de trabajo?
¿Cuáles son las emociones que me producen los compañeros y compañeras?
¿En qué forma induzco emociones en los demás?
¿Cómo me emociona acudir al trabajo?
¿Qué emociones me suscita la empresa?Realizar un autoanálisis nos permita tomar conciencia de la realidad que vivimos.
- Buscar equilibrio interno y externo.
Hay que ser conscientes de que una persona alegre, no lo puede ser todo el tiempo. También se requiere, en algunas ocasiones, estar triste.
Al equipo le puedo aportar ilusión o alegría.
No podemos abordar problemas profundos exclusivamente desde la felicidad o siendo siempre graciosos.
Se requiere funcionar como el dial de una radio antigua: sintonizando y adaptándonos a la situación.
Gestión emocional. El papel de los líderes
- El líder del equipo debe prestar atención a la diversidad emocional de su grupo.
Hay que tomar conciencia de la riqueza de la individualidad y de los aportes diferentes, para sacar lo mejor de cada persona.
- Conocer nuestro rol y el de los demás, dentro del equipo.
Nuestro papel no es cambiar a los demás. También es bueno que haya personas negativas o pesimistas en el grupo. No hay que arrinconar o dejar de lado a estas personas. Debemos darle vuelta a la situación y aprovechar el valor de la crítica en la mejora del proyecto.
Esto nos permitir adelantar argumentos en contra de nuestras ideas, que luego van a suceder, lo cual nos permite mejorar, con antelación.
- Si estamos enfadados, debemos aprender a canalizar esa emoción.
Es conveniente tranquilizarnos antes de interactuar con los demás.
Las emociones son contagiosas. Si estamos ilusionados, contagiaremos la ilusión a los demás.
- Las emociones son como las estaciones del tiempo.
Es necesario pasar por el invierno en las relaciones emocionales para poder disfrutar de la primavera emocional.
Todas las emociones son útiles: la rabia modulada saca la dignidad de la persona, el miedo nos salva la vida y la tristeza nos ayuda a profundizar en las cosas.
Aprendamos a utilizar sabiamente las emociones en la empresa.
Además de bienestar, obtendremos un mejor rendimiento y gozaremos de una vida plena que se extenderá por nuestro entorno laboral.
[1] Fuentes: Elena Quevedo. Lecturer & Researcher. Faculty of Psychology and Education. Educational Innovation Unit (Responsible Teacher Training), Universidad de Deusto. Fernando Díez Ruiz. Profesor doctor Facultad de Psicología y Educación, Universidad de Deusto. https://www.estrategiaynegocios.net/, https://theconversation.com/
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