Cubre-bocas y emociones
Investigadores de la Universitat de València, la Jaume I y la Pompeu Fabra han impulsado en redes sociales un estudio conjunto para analizar el impacto del uso de las mascarillas en la percepción de las emociones en los demás…
Este reto se ha viralizado; en él han participado más de 21.000 personas.
Cubre-bocas y emociones. Percepción social
El estudio se lleva a cabo a través de una encuesta en redes sociales que plantea la pregunta “¿Eres capaz de reconocer emociones con y sin cubre-bocas?”
Un juego en el que se presentan diversas fotografías de personas con o sin ella y al final muestra el grado de acierto y pueden verse las diferencias.
El objetivo es investigar qué emociones se ven más perjudicadas por la privación de visibilidad del rostro completo y en qué medida esta limitación afecta a la percepción emocional, en diferentes edades.
“Las emociones nos conectan con el mundo y están presentes a lo largo de toda nuestra vida, nos dan información de lo que pasa alrededor y nos indican cómo actuar.
La emoción es un factor imprescindible para la interacción social», destaca Diana Castilla, de la Universitat de València e investigadora principal de este estudio.
Para reconocer las emociones utilizamos distintas fuentes, «pero una de ellas es la expresión facial, lo que nos llevó a preguntarnos si el uso prolongado de mascarilla podría alterar la percepción emocional”, añade.
Azucena García Palacios, directora de Labpsitec en la Universitat Jaume I, desde donde se ha impulsado este estudio.
Ella señala que en esta investigación han participado muchos adultos, pero que le gustaría obtener más información «de los más pequeños (4-12 años), ya que los datos preliminares parecen muy interesantes”.
El estudio está dirigido a toda la población a partir de los 4 y hasta los 99 años, aunque los menores deben estar acompañados por sus progenitores, según lo publicó la república de las ideas.
Cubre-bocas y emociones. La risa
La risa es una expresión tan común y cotidiana que poca importancia le damos, sin embargo, es un elemento de vital importancia para conservar la salud y un complemento importante en la comunicación interpersonal.
Reír o sonreír es una expresión que tiene que ver con el manejo de las emociones, e incide en el bienestar”.
Por su importancia, en 1998, 65 países acordaron conmemorarla a nivel internacional, cada dos de mayo.
Así lo comentó Alejandra Sandoval Maciel, presidente del colegio de psicólogos de México; ella refirió que “la sonrisa es una expresión no verbal que facilita o impide las buenas relaciones…
Porque, a nivel fisiológico, eleva endorfinas y oxitocinas, hormonas que aumentan la sensación de placer y bienestar y, al mismo tiempo, reduce el cortisol, la dopamina y la adrenalina, hormonas activadoras del estrés”.
Una persona puede no sonreír por muchos factores, no hay uno definitivo.
“Puede ser que este sobrepasada por el estrés y la depresión, pero no podemos generalizar porque hay personas que sonríen para encubrir una depresión, creando una barrera que manifiesta “no entres en mis emociones; no te dejo ver el sufrimiento dentro de mí”.
“De otro lado la sonrisa falsa, o burlona, genera desconfianza y nos lleva a pensar que ese alguien busca hacernos daño; pero, para interpretar estas expresiones, debemos leer todo el lenguaje corporal, en general”.
Cubre-bocas y emociones. “Otro de los inconvenientes que ha provocado la pandemia, al obligarnos a utilizar el cubre-bocas, es que limita esta expresión, parte del lenguaje cotidiano.
Al sonreír, las personas aportamos a las relaciones sociales; cuando sonreímos decimos a la otra persona bienvenido, socialmente te acepto”.
“A causa de la pandemia el uso de los cubre-bocas no solo limitan la cercanía física, sino que eliminan aspectos que tienen que ver con las relaciones sociales, manifestadas a través de las expresiones faciales, que dicen mucho de cómo nos sentimos frente al otro”.
Gritar puede salvarnos la vida
Los humanos compartimos los gritos con algunos primates y otros mamíferos, para llamar la atención o cuando hay peligro o conflicto social.
«Los gritos son la única forma de expresar emociones intensas de miedo, de ira y de agresión», dice Sascha Frühholz, profesor de Psicología de la Universidad de Zúrich, en Suiza.
«Y los gritos son muy específicos en términos de calidad acústica a diferencia de reír o llorar que son formas normales en que los humanos expresamos las emociones».
Una reciente investigación descubrió que gritamos para expresar un número mayor de emociones.
¿Para qué más gritamos?
El profesor Frühholz que dirige el equipo de investigación de Neurociencia Cognitiva y Afectiva de la Universidad de Zúrich acaba de publicar un estudio en el que se identifican al menos seis tipos de emociones, que expresamos a gritos.
Ellas son: dolor, ira, miedo, tristeza, alegría y placer.
El equipo de investigadores llegó a esta clasificación luego de determinar las diferencias entre los sonidos que expresan esas emociones.
«Nuestro primer hallazgo importante es que cada uno de estos seis gritos son acústicamente diferentes», detalla.
«Los gritos de alegría son verdaderamente específicos de los humanos. Si sientes una alegría extrema cuando vas a ver un partido de fútbol y tu equipo favorito gana, gritas», ejemplifica Frühholz.
«Como seres humanos experimentamos placeres extremos» y podemos liberarlos con un grito, añade el especialista.
También gritamos cuando estamos enojados con el fin de canalizar esa emoción.
En una segunda etapa del experimento pidieron a los participantes que escucharan diferentes gritos y que identificaran la emoción que había en ellos presionando uno de los seis botones en un tablero.
Esta investigación reveló que los participantes identificaron mejor los gritos de las emociones positivas, que las negativas.
«Encontramos que las personas clasificaron mucho más fácil los gritos de alegría y placer.
El cerebro humano es más sensible a los gritos positivos y a los de placer», asegura Frühholz.
La razón detrás de esta inclinación hacia la identificación de las emociones positivas estaría en la propia evolución de los seres humanos».
Cubre-bocas y emociones. Importancia de las emociones positivas
«Creemos que esto podría ser específico de los seres humanos y su entorno ya que limitamos la mayor parte del peligro a nuestro alrededor, no tenemos animales salvajes corriendo o estamos siendo atacados por un león o un tigre».
Entonces como nuestro entorno es bastante seguro, especialmente en una civilización occidental, le damos menos prioridad a detectar el peligro mediante un grito, señala el especialista.
«Quizás es porque como humanos interactuamos mucho y en esta interacción las emociones positivas son mucho más importantes que las negativas».
Estos gritos positivos de alegría se expresan en contextos en los que las personas disfrutan estar, entonces si ellas gritan de alegría es probable que se genere el efecto espejo o de contagio.
«Los gritos positivos son mucho más importantes para los humanos porque crean vínculos sociales. Si escuchas a otra persona gritar de alegría, también puedes comenzar a gritar», detalla.
«Este no es el caso de los gritos negativos. Si otra persona está gritando de miedo, no desencadena el miedo en ti, en realidad quieres evitarlo», concluye Frühholz.
Así que la próxima vez que estés contento, no pierdas la oportunidad, quítate el cubre-bocas y ¡grita!
Fuentes: https://www.america-retail.com/, https://www.elsoldelcentro.com.mx/doble-via/, https://www.bbc.com/mundo/
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